Seminario: Políticas de drogas en Argentina y Latino América
El pasado lunes 15 de mayo, la Asociación Civil Miradas, con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, organizó el Seminario “Políticas de drogas en Argentina y Latinoamérica”, dirigido especialmente a periodistas y comunicadores. La convocatoria fue en el Hotel Majestic de la ciudad de Rosario y comenzó a media mañana con un auditorio completo.
La jornada comenzó con una breve apertura a cargo de Fabián Peralta, presidente de Miradas, quien agradeció especialmente a la Fundación Ebert la posibilidad de contar con expositores de esta calidad y a los asistentes por la presencia; para luego dar paso al primer panel.
El primer panel “Argentina y su Política de Drogas” estuvo compuesto por Graciela Touzé, Trabajadora Social y presidenta de la Asociación Civil Intercambios y Mariano Fusero, Abogado Penalista integrante de la Asociación Pensamiento Penal y lo coordinó Ma. Fernanda Gradilone, Médica e integrante de Miradas.
Desde hace muchos años, Argentina sostiene un paradigma basado en su actual política de drogas, que no exhibe resultados positivos y muchos intentos legislativos han fracasado. Los ejes de este panel giraron en torno a por qué ocurrió y ocurre esto, qué resultados deja esta política y el rol que juegan los medios y los periodistas a la hora de comunicar sobre estos temas.
La primera oradora fue Graciela Touzé, quien intentó llevar al público discusiones para el intercambio sobre el estado actual en la política de drogas y el papel de los medios. En este sentido, comenzó planteando que las drogas se presentan en formas diversas y en distintos lugares, aunque generalmente se habla de la “droga” en singular. Para ella hay que aproximarse desde lo plural y en función de los diferentes actores, significados, contextos y momentos que atribuye el usuario, por lo que aportó elementos para analizar la construcción social del problema de las drogas; tomando a los Derechos Humanos como un eje central.
Respecto al papel de los medios de comunicación, manifestó que no se limitan a contar lo que pasa ni tampoco construyen la realidad, sino que su rol central es ser productores de sentido. Seleccionan aspectos de la realidad contextualizando, descontextualizando o recontextualizando de diferentes maneras y otorgando diferentes significaciones a los actores involucrados, problemas y soluciones. Estas significaciones se integran en un discurso que conlleva a una determinada visión del problema y que puede llevar a agravar o mejorar el problema.
Finalmente, destacó la diversidad de aristas de esta temática y sobre como algunos periodistas pueden abordar distintos aspectos con seriedad y con información confiable. Aportando entonces, a una configuración de una representación social diferente que nos permita una política de drogas también diferente.
Luego de esto, tomó la palabra Mariano Fusero, quien hizo una historia breve de la prohibición, la criminalización y la construcción del discurso sobre drogas a partir de puntos como el estadounidense Harry Aslinger y el Congreso Nacional Contra la Marihuana, la relación droga-delito, la criminalización de las sustancias para ejercer el control, la declaración de la Guerra contra las Drogas llevada a cabo por Richard Nixon , el intervencionismo geopolítico, entre otros. Y la política de drogas en nuestro país desde el fallo Bazterrica, y posteriormente, desde el fallo Arriola, con una síntesis sobre los proyectos de ley presentados desde el año 2009 hasta la actualidad.
A continuación, Fusero aportó a los comunicadores presentes algunos ítems para una mejor comunicación del tema. Estos fueron: deconstruir la relación droga-juventud-delito, tener en cuenta la división infundada entre drogas legales e ilegales, evitar los episodios circenses como la presencia de invitados que banalizan el asunto, utilizar correctamente la terminología, consultar las fuentes directas para evitar afirmaciones y repeticiones falaces, chequear la información con especialistas y utilizar casos de empatía social y política para lograr mayor afectación del público y por tanto interés y comprensión.
El segundo panel “Realidad Latinoamericana y experiencia uruguaya”, estuvo compuesto por Alejandro Corda, Abogado, Docente e investigador de la UBA y miembro de Intercambios y por Julio Calzada, Sociólogo, Asesor de UNASUR en política de drogas y Ex Secretario General de la Junta Nacional de Drogas en Uruguay. Este panel fue coordinado por Sandra Carbajal, Psicóloga e integrante de Miradas y giró en torno a que en América Latina el costo social, humano y sanitario de la actual política de drogas es altísimo y la “Guerra a las drogas” atraviesa a nuestro subcontinente dejando un saldo de muerte, violencia y violación a los Derechos Humanos. En este sentido, las ponencias llevaron a la reflexión sobre cómo comunican los medios y los periodistas estas noticias y la falta de un debate serio sobre la realidad. También se expuso el caso de la República Oriental del Uruguay, que se animó a proponer otro paradigma, rompiendo con dogmas afianzados y demostrando que nuevos caminos surgen a partir de la exploración.
El primer orador de este panel fue Alejandro Corda, perteneciente al Colectivo de Estudios de Drogas y Derecho, que reúne investigadores de 9 países latinoamericanos con el objetivo de analizar el impacto de la legislación penal y la práctica jurídica en materia de drogas; buscando generar información y fomentar un debate informado sobre la efectividad de las políticas actuales y recomendar abordajes alternativos para políticas más justas y efectivas. En este sentido, Corda planteó que no se tenía un diagnóstico exacto, una evaluación sobre drogas, por la carencia en la producción de información, por lo que se creó este colectivo con el fin de hacer investigaciones comparadas. Algunos datos que aparecen, por ejemplo, muestran que el presupuesto que se gasta persiguiendo a usuarios de drogas, duplica el presupuesto previsto para prevención y asistencia.
Según Corda, en los últimos años América Latina se plantó frente a la guerra a las drogas cuestionando las reglamentaciones, aunque sin cambiar la herramienta penal como iniciativa ante los problemas vinculados a drogas. Se plantea que la política de drogas debe poner en el centro a las personas, pero las prácticas difieren de lo discursivo. Cada vez hay más detenidos por drogas y esto choca directamente con el discurso; actualmente uno de cada cinco presos lo es por causa de drogas. El perfil de las personas en prisión por estos delitos sigue mostrando que son los actores menores del tráfico de drogas, fungibles y asociados a la economía de subsistencia, en condiciones de vulnerabilidad. Un dato importante es la presencia de mujeres, lo que cruza directamente con la cuestión de género, ya que estas encuentran en la venta la posibilidad del sustento familiar y el cuidado de las personas a cargo sin perder los roles que se les asignan socialmente.
Las mujeres, los extranjeros, las mujeres extranjeras, las mujeres trans o trabajadoras sexuales son quienes integran frecuentemente la población carcelaria por causas de drogas que se vio aumentada en los últimos años. Sin lugar a dudas, esto se relaciona con la economía de subsistencia y con delitos de pequeño tráfico, no se detiene a los grandes traficantes. Por este motivo, Alejandro Corda planteó que hay que repensar la estrategia de drogas y el rol de la respuesta penal, para garantizar el respeto a los derechos humanos de todas las personas afectadas y ajustar esta respuesta para que sea proporcional al daño ocasionado y a la función que tiene cada uno en la cadena del tráfico de drogas. Para finalizar, manifestó que es ineludible explorar modelos de regulación como forma de morigerar la respuesta penal y sus consecuencias y también diferenciar el narcotráfico del narcomenudeo.
Finalizada la exposición de Corda, fue el turno del Julio Calzada, el último orador de la jornada que desarrolló su discurso en torno a la política de drogas adoptada en los últimos años por su país natal, Uruguay. Para Calzada, la cuestión de drogas es una cuestión política, y guerra y política están directamente relacionadas. En este sentido, realizó un análisis de cómo se llega al paradigma actual sobre drogas a través del paso a la política de la Guerra del Opio y del prohibicionismo y planteó que actualmente vivimos un “neoconservadurismo” en materia de drogas, en el que se vuelve a tener una concepción militarista de la problemática; re conceptualizando la guerra.
En relación a la política de Drogas de la República Oriental del Uruguay, Calzada habló sobre el rol que tuvieron los medios de comunicación durante el debate legislativo del proyecto de ley que regula la producción, la venta y la distribución de cannabis, el rol que tienen actualmente los medios y cómo manejan la información sobre el tema de drogas. Además, desarrolló algunas primeras conclusiones sobre la aplicación de la ley y sobre el discurso que han construido y construyen los medios acerca de esto.